Por Efrain Espinoza
Palma de Mallorca, 30 de julio de 2010
Palma de Mallorca, 30 de julio de 2010
Foto1:
GeorgePerdomo, Efrain Espinoza y Antonio Dimas
Foto 2:
El cónsul de Ecuador, Francisco Conteras y Efrain Espinoza
Nos encontramos en la capital balear presentando el libro de 21 poetas ecuatorianos en fin de siglo. ¿Casualidad?, tal vez. Desde una mirada actual no será difícil presuponer que la oleada migratoria de la última década desde América Latina a España abra, además de relaciones laborales, todo un abanico de otras relaciones que darían cuenta de la convivencia, entre ellas, por supuesto las actividades culturales. Y aunque esto es así, rebuscando en la historia, especialmente en la historia de la producción literaria de Ecuador y de las relaciones de los nacidos en ese país anclado en el centro del mundo, a muchos nos sorprenderá que es posible encontrar más de un vínculo entre el Pacífico y el Mediterráneo, a nivel literario; ya en siglo XVIII, un riobambeño, José de Orozco, nacido en 1.733 da cuenta de su amor por las Baleares, en particular y por las tierras de sus orígenes en general, en su famoso poema épico “La conquista de Menorca”.
Para brindar importancia a este evento y no dejar la anécdota suelta, apenas apuntaré que José de Orozco fue un jesuita expulsado de tierras americanas y que sintió desde lejos su doble amor, a América y a España, y la obra en mención da cuenta de las gestas emprendidas por los ejércitos franceses y españoles para la reconquista de Menorca, sometida a tutelaje inglés, y en esta gesta, el poema da cuenta de la reconquista para Carlos III tras la derrota del general inglés Murray en suelos baleares. El poema épico, ya recuperado en el último siglo como legado de la literatura ecuatoriana, tiene ya el antecedente de las tempestades del Mediterráneo, de las gestas de sus hombres que compartían continentes y que desde aquellas épocas podían compartir también el amor por las tierras en donde les ha tocado vivir, sufrir, amar, callar, gritar, llorar, triunfar o ser derrotados.
Unos versos significativos de este poema dicen: tal vez lo que este libro que presentamos hoy lo hace, salvando la importancia de los hechos y la arbitrariedad del ejemplo:
“Tal mi musa infeliz, en extranjera
Región se ve degenerar, si canta;
Aura nativa fáltale y con ella
El dulce influjo de la desilusión estalla”
Y, en el canto tres el poeta Orozco, se refiere asi de la Menorca en el siglo XVIII, previo a la hazaña militar:
En el Mediterráneo se levantaUna de las Baleares que engreída,Sujeta y humillada ve a su plantaDe las ondas la saña encanecida:En átomos deshecha la quebrantaSu robusta paciencia envejecida,Donde espumoso orgullo, como en tumba,Su propio funeral ronco retumba.
2.- El libro y la literatura ecuatoriana
Y con este encuadre espacial, temporal y poético paso a contextualizar el objeto de esta presentación. El libro 21 poetas ecuatorianos en fin de siglo, fue un esfuerzo original de Fernando Andrade, seudónimo de Diego Velasco, arquitecto de profesión y poeta de convicción, cuya trayectoria ha animado no únicamente el despertar de una producción literaria en el Ecuador a través de los talleres literarios. Si alguien quiere debatir sobre la literatura ecuatoriana, la voz de Diego Velasco podría decirse que es una de las más autorizadas, no solo por su amplia y sistemática información sino por el sesgo de sus convicciones, quizás no siempre del gusto y de las preferencias institucionales.
Los autores de este libro: 21 en total, son apenas una pequeña lista de más de un centenar de nuevas voces, que nacen entre los sesenta y comienzan su producción desde los ochenta, época marcada por el letargo de un país olvidado en el contexto de una nueva modernidad, y que cobra vida únicamente después de la feroz explotación de sus riquezas naturales, a saber: madera, petróleo, carbón. Periodo de conformación de una identidad nacional, periodo de reconfiguración de sus fuerzas de dominio y quiebra de instituciones gastadas, al mismo tiempo suplantadas por otras más gastadas, pero con el mismo en fin. En el aspecto literario, la lista de personas de esta obra se nutren del post boom latinomericano y la mayoría de ellos (no todos) encuentran en la practica del taller literario su espacio de identidad.
Este libro, 21 poetas ecuatorianos en fin de siglo, además cuenta con un estudio introductorio del profesor de la UNED, Dr Gabriel Torres Chalk, quien encuadra el contenido de la obra, comparándolo con la temática recurrente del maestro Guayasamín, encuentra similitudes con el ambiente de los volcanes, las tempestades, el color, la selva y el gran amor por la vida. Sin duda, la introducción “Las manos de la esperanza”, es un verdadero acercamiento intercontinental de la palabra.
Finalmente decir que el libro es un esfuerzo de la Asociación Zero´s Publisher de Eivissa y que ha contado con apoyo del Consell de Eivissa, para su publicación. Con esta edición, se ha presentado ya el libro en el marco del III Encuentro Internacional de literatura “Eivissa Port Mediterrani del Llibre”, de marzo de 2010, en Eivissa, además de hacerlo en Quito, y esta presentación, aquí en Palma que ha sido posible gracias al apoyo del Instituto Ramon Llull.
3.- Los autores
Hemos creído conveniente juntar en una sola publicación los trabajos de muchos poetas que aunque destacados, todavía no han sido difundidos, ni considerados en antologías sobre este tema. Y aunque no creemos que en rigor podamos calificar a esta obra como una publicación antológica, si consideramos importante aportar a la difusión de todos los esfuerzos literarios que se hacen, y que esta aproximación sea un paso más, a las muchas que esperamos podamos hacer, y la puedan hacer quienes gestionan el quehacer cultural por nuestro país, y por mostrar algo de nuestra producción fuera de nuestras fronteras, que creemos es el principal objetivo.
Aquí presentamos una recopilación de 21 poetas ecuatorianos: cuatro de ellos nacidos en Guayaquil, tres en Quito, tres en Riobamba, tres en Ibarra, dos en San Gabriel y con representación de Portovelo, Cuenca, Atuntaqui, Loja y Salamanca.
En un evento, en una noche, en una sola presentación se hace imposible presentar y dedicarnos a todos los poetas de este libro, y por ello agradecemos la ayuda de los poetas ecuatorianos radicados en Palma: George Perdomo y Antonio Dimas, quienes leerán algunos de los poemas del libro, yo, sin embargo decir, que especial importancia concedemos a dos de los poetas compilados que ya no están, y que hizo que la convivencia con la creación hoy conservemos sus trabajos: Alfonso Chavez y Paco Benavidez.
“No quiso decir su nombre
No quiso que mi voz desafie
a la Sinfónica de Viena
con una melodía
calibre 22
se alejó de aquel bosque de hambres de la avenida
se alejó la imposible sin remendar
con su sola insolencia”
dijo, el primero de los mencionados: Alfonso Chávez,
Y,
“Nadie queda en la ciudad
sólo las lámparas
alumbrando la lluvia”
Dijo Paco Benavidez.
Muchas gracias.
Para brindar importancia a este evento y no dejar la anécdota suelta, apenas apuntaré que José de Orozco fue un jesuita expulsado de tierras americanas y que sintió desde lejos su doble amor, a América y a España, y la obra en mención da cuenta de las gestas emprendidas por los ejércitos franceses y españoles para la reconquista de Menorca, sometida a tutelaje inglés, y en esta gesta, el poema da cuenta de la reconquista para Carlos III tras la derrota del general inglés Murray en suelos baleares. El poema épico, ya recuperado en el último siglo como legado de la literatura ecuatoriana, tiene ya el antecedente de las tempestades del Mediterráneo, de las gestas de sus hombres que compartían continentes y que desde aquellas épocas podían compartir también el amor por las tierras en donde les ha tocado vivir, sufrir, amar, callar, gritar, llorar, triunfar o ser derrotados.
Unos versos significativos de este poema dicen: tal vez lo que este libro que presentamos hoy lo hace, salvando la importancia de los hechos y la arbitrariedad del ejemplo:
“Tal mi musa infeliz, en extranjera
Región se ve degenerar, si canta;
Aura nativa fáltale y con ella
El dulce influjo de la desilusión estalla”
Y, en el canto tres el poeta Orozco, se refiere asi de la Menorca en el siglo XVIII, previo a la hazaña militar:
En el Mediterráneo se levantaUna de las Baleares que engreída,Sujeta y humillada ve a su plantaDe las ondas la saña encanecida:En átomos deshecha la quebrantaSu robusta paciencia envejecida,Donde espumoso orgullo, como en tumba,Su propio funeral ronco retumba.
2.- El libro y la literatura ecuatoriana
Y con este encuadre espacial, temporal y poético paso a contextualizar el objeto de esta presentación. El libro 21 poetas ecuatorianos en fin de siglo, fue un esfuerzo original de Fernando Andrade, seudónimo de Diego Velasco, arquitecto de profesión y poeta de convicción, cuya trayectoria ha animado no únicamente el despertar de una producción literaria en el Ecuador a través de los talleres literarios. Si alguien quiere debatir sobre la literatura ecuatoriana, la voz de Diego Velasco podría decirse que es una de las más autorizadas, no solo por su amplia y sistemática información sino por el sesgo de sus convicciones, quizás no siempre del gusto y de las preferencias institucionales.
Los autores de este libro: 21 en total, son apenas una pequeña lista de más de un centenar de nuevas voces, que nacen entre los sesenta y comienzan su producción desde los ochenta, época marcada por el letargo de un país olvidado en el contexto de una nueva modernidad, y que cobra vida únicamente después de la feroz explotación de sus riquezas naturales, a saber: madera, petróleo, carbón. Periodo de conformación de una identidad nacional, periodo de reconfiguración de sus fuerzas de dominio y quiebra de instituciones gastadas, al mismo tiempo suplantadas por otras más gastadas, pero con el mismo en fin. En el aspecto literario, la lista de personas de esta obra se nutren del post boom latinomericano y la mayoría de ellos (no todos) encuentran en la practica del taller literario su espacio de identidad.
Este libro, 21 poetas ecuatorianos en fin de siglo, además cuenta con un estudio introductorio del profesor de la UNED, Dr Gabriel Torres Chalk, quien encuadra el contenido de la obra, comparándolo con la temática recurrente del maestro Guayasamín, encuentra similitudes con el ambiente de los volcanes, las tempestades, el color, la selva y el gran amor por la vida. Sin duda, la introducción “Las manos de la esperanza”, es un verdadero acercamiento intercontinental de la palabra.
Finalmente decir que el libro es un esfuerzo de la Asociación Zero´s Publisher de Eivissa y que ha contado con apoyo del Consell de Eivissa, para su publicación. Con esta edición, se ha presentado ya el libro en el marco del III Encuentro Internacional de literatura “Eivissa Port Mediterrani del Llibre”, de marzo de 2010, en Eivissa, además de hacerlo en Quito, y esta presentación, aquí en Palma que ha sido posible gracias al apoyo del Instituto Ramon Llull.
3.- Los autores
Hemos creído conveniente juntar en una sola publicación los trabajos de muchos poetas que aunque destacados, todavía no han sido difundidos, ni considerados en antologías sobre este tema. Y aunque no creemos que en rigor podamos calificar a esta obra como una publicación antológica, si consideramos importante aportar a la difusión de todos los esfuerzos literarios que se hacen, y que esta aproximación sea un paso más, a las muchas que esperamos podamos hacer, y la puedan hacer quienes gestionan el quehacer cultural por nuestro país, y por mostrar algo de nuestra producción fuera de nuestras fronteras, que creemos es el principal objetivo.
Aquí presentamos una recopilación de 21 poetas ecuatorianos: cuatro de ellos nacidos en Guayaquil, tres en Quito, tres en Riobamba, tres en Ibarra, dos en San Gabriel y con representación de Portovelo, Cuenca, Atuntaqui, Loja y Salamanca.
En un evento, en una noche, en una sola presentación se hace imposible presentar y dedicarnos a todos los poetas de este libro, y por ello agradecemos la ayuda de los poetas ecuatorianos radicados en Palma: George Perdomo y Antonio Dimas, quienes leerán algunos de los poemas del libro, yo, sin embargo decir, que especial importancia concedemos a dos de los poetas compilados que ya no están, y que hizo que la convivencia con la creación hoy conservemos sus trabajos: Alfonso Chavez y Paco Benavidez.
“No quiso decir su nombre
No quiso que mi voz desafie
a la Sinfónica de Viena
con una melodía
calibre 22
se alejó de aquel bosque de hambres de la avenida
se alejó la imposible sin remendar
con su sola insolencia”
dijo, el primero de los mencionados: Alfonso Chávez,
Y,
“Nadie queda en la ciudad
sólo las lámparas
alumbrando la lluvia”
Dijo Paco Benavidez.
Muchas gracias.
Fue un paso màs de nuestro Ecuador emepujado por las voces de sus hijos que guarda este libro de "ultramar".A tì,Efraìn, muchas gracias.
ResponderEliminarmuy bien traer a colación
ResponderEliminara josé de orozco
de los poetas de la antigua
riobamba la liribamba ancestral
reseñada por el entrañable juan de velasco fabulador de reinos y
plantas y animales y gigantes
que nos hacen universales
un gran abrazo y
a seguir construyendo el ecuador
y la poesía ecuatoriana en ultramar
con gente como la que ahora
te acompaña
saluditos
diego velasco andrad