sábado, 15 de septiembre de 2012

ECUATORIAL

ECUATORIAL

47 poetas cantan a su patria
Editorial Zero´s Publisher
Depósito Legal DL-I-114-2012
Género: Poesía. Páginas 126
Formato: 20,5 x 13,5 cm
Selección y prólogo: Diego Velasco Andrade

Fuimos hace siglos, los Amantes de Sumpa
Ecuador: 256.370 kilómetros recortados en el mapa; tierra incógnita atravesada por una línea que no divide sino que une al planeta, bajo cuya piel germinan 20.000 especies de plantas; 2.500 especies de mariposas; 3.043 especies de orquídeas; medio millón de especies de invertebrados y 370 especies de mamíferos, correteando páramos, montañas, valles, archipiélagos y bosques tropicales...
Más de 27 nacionalidades y pueblos ecuatoriales que tejen y se dibujan en un tapiz multicolor: arco iris de selva, fuego volcánico, arcilla y agua. Quizá más que una línea atravesando a GAIA o Allpa Mama, la madrea Tierra, somos el rincón del planeta que aún el apetito voraz del pirata no ha podido y nunca podrá devorar.
Fuimos hace siglos, los Amantes de Sumpa lapidados sobre la arena en un acto de amor; o Quitumbes y Liras engendrando después del diluvio a Guayanay la golondrina; hijos del Chusig duende y mago; de Juan de Velasco el cura fabulador de plantas, reinos mágicos y animales; o los míticos Condorazos gigantes volcánicos hijos del taita Chimborazo y de la mama Tungurahua.
Herededros de Alfaro insertando su ferrocarril en la nariz del diablo; obreros de la ría o de Aztra masacrados por el poder del gran señor, sepultados bajo cruces reflotando en el agua; pero más allá mucho más allá de los 14 millones de mujeres y hombres del Ecuador continental, más que el millón de ecuatoriales viviendo en ultramar; más que series de números congelados en un chip o las redes sociales; seremos siempre más, muchísimo más que bocanadas de humo en el hocico de un imperio que moribundo boquea, pero que aún lanza llamas.
Pero también Ecuador, más que geografía equinoccial, constituye también una geo-poética: un país de grandes e innumerables poetas y sin embargo tan poco conocidos, tan poco valorados, tan “sin nombre” en los días de la semana literaria americana y, a pesar de ello, tan imprescindibles para configurar nuestra singular geografía tropical, telúrica, acuática, insular y volcánica.
Tal como los grandes poetas nuestros de la vanguardia: Jorge Carrera Andrade, el mayor de todos: “aquel poeta andino y planetario a la vez”, seguido en su verbo de identidad telúrica por los Alfredo Gangotena, Gonzalo Escudero, Hugo Mayo, Miguel Ángel León, o el fakir cañari: César Dávila Andrade, también germinaron en este país desde los años sesenta como dorada mazorca, otros poetas menos conocidos a los que hemos incluido en esta compilación como muestra tangible de un proceso poético, estético y generacional inacabable…

Mientras en el Ecuador continental, se están constituyendo nuevos paradigmas, nuevas propuestas, nuevas utopías, una sociedad del “buen vivir”, del “bien estar”, del Sumak Kawsay quechua, del Alli Kawsay kichwa, del Sumak Kamaña, como dirían los aymaras, cuántos de nosotros creadores, escritores y gestores culturales, estaríamos interesados en concretar el proyecto de una sociedad bio-diversa y pluricultural para un tiempo nuevo; la sociedad comunitaria de un hombre planetario superando el siglo de defunción de la rosa, -remitiéndonos al gran poeta ecuatorial Carrera Andrade-. Y, en ese marco, cuál puede ser el rol del poeta para satisfacer esa sensibilidad, ese placer y esa responsabilidad de escribir y de soñar PALABRAS PARA UN TIEMPO NUEVO y UN NUEVO ESPACIO para aportar a crear y alimentar con los pueblos y culturas del Ecuador del avenir, otros mitos, nuevos rituales y cada vez más, nuevas y diversas geo-poéticas equinocciales.

Diego Velasco Andrade.     Quito, agosto 2012

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