viernes, 20 de junio de 2008

Entrevista a Gabriel Torres Chalk



"Sonidos que se me hacen extrañamente comprensibles,
parecen reproducir aquello que vivo y siento"


EFRAIN ESPINOZA FALCONI


EIVISSA.- El ibicenco Gabriel Torres Chalk (39 años de edad) ha publicado el poemario ‘Mallku’, que en lengua aymara significa cóndor, el icono de las montañas para la cosmovisión andina. La librería Hipérbole, editora de esta publicación la presentación del libro con la intervención del poeta ibicenco Vicente Valero, quién también escribe el prólogo del libro.
Para su autor, los poemas que recoge esta publicación son el resultado de su experiencia personal al recorrer el altiplano boliviano y convivir de cerca con este imaginario. "Es el resultado de un cruce de voces" señala el poeta y profesor de Literatura Latinoamericana de la UNED, "el presente libro surge a raíz de un sueño" corrobora en la presentación de esta publicación.
En esta entrevista, Gabriel Torres deja ver su natural inclinación a encontrarse más allá del paisaje andino, con una cultura ligada al misterio, a la naturaleza, al descubrimiento de una espiritualidad que bien podría ‘escribirse su horizonte en las amplias alas desplegadas del cóndor’. Junto con la experiencia vivida por Gabriel en el altiplano boliviano abordamos la contradicción interna de los imaginarios diferenciados entre el mundo occidental y la cosmovisión aymara, que en definitiva, es el hilo que enlaza la propuesta creativa del ibicenco en su libro.

PREGUNTA.- ¿Cómo fue tu acercamiento al altiplano boliviano?.
RESPUESTA.- Entiendo que fue una consecuencia lógica de mis estudios. Desde hace mucho tiempo he realizado estudios de filología hispánica e inglesa, esa es mi profesión. He conseguido algunas becas para profundizar mis estudios en literatura latinoamericana. He tenido muchas inquietudes por conocer otras realidades, otros imaginarios que estaban presentes de forma teórica en mi formación, y a partir de allí ya me encontré viajando en varias oportunidades al continente americano.

P. ¿Háblanos un poco de aquel acercamiento teórico?
R.-
Arguedas, Vallejo, Roa Bastos, Galeano, la lista de escritores, pensadores y poetas de América Latina se haría interminable, todos ellos planteaban de alguna manera las vertientes de imaginarios diferenciados con los imaginarios europeos. Muy tempranamente me ví envuelto en la rica vertiente de la literatura latinoamericana. Me acerqué a Bolivia y antes de nada me vi cautivado, deslumbrado por sus paisajes. Asimilé los paisajes y me encontré con la naturaleza, con la presencia del cóndor, de la montaña. Es únicamente desde estos escenarios que es posible deslumbrase de los aspectos más poderosos de la cultura Aymara. Mi acercamiento, se produjo de esta manera.

P.- Mallku, es un libro de poesía, es el título que escogiste. ¿Porqué la poesía, porqué no otro medio de expresión?
R.-
La poesía ha sido el único medio que me ha permitido expresar mi acercamiento a esta experiencia. No lo habría podido hacer a través de la fotografía, ni del ensayo. Necesitaba un medio que me permita transgredir. Necesitaba la verticalidad, el instante de intimidad e irracionalidad que únicamente el verso te puede permitir. Porque en Mallku, que es el cóndor, el ave soberana de los armayaras, hablo de mi identificación con este sistema imaginario. En el libro hay muchas licencias poéticas, transgresiones gramaticales, porque la poesía es viceral, irracional.

P.- El acercamiento a la cultura aymara ¿Te ha generado alguna contradicción interna. ?
R.-
En realidad, este acercamiento lo veo como parte de un proceso, en el momento que sentí esta necesidad de crear, de mostrar mi relación profunda con Bolivia. Entiendo que es un proceso que no se acaba con la publicación del libro.

P.- ¿En qué vertiente estética se ubica la poesía que contiene Mallku?
R.-
Abarca diversos niveles de esa experiencia que hago referencia. Pero principalmente hay una vertiente cultural, es el espíritu aymara que se encuentra presente en los cerros de los Andes, el icono del cóndor es absolutamente decisivo. Intento de alguna forma captar esea espiritualidad, captar esa voz lejana y que se vaya filtrando a lo largo de los versos.

P.- ¿Intentas reflejar la cosmovisión de la cultura aymara?
R.-
Entiendo el resultado como la consecuencia de una estructura de diálogo entre ambos sistemas imaginarios. El mío y el aymara, entiendo en el cruce de voces, es decir en el proceso. Para mi era importante incorporar la lengua aymara a algunos de mis poemas, por lo menos en algunos momentos importantes del libro, creo que era para ubicarle en la vertiente que quería darle a mi trabajo.

P.- ¿Me imagino que la publicación del libro te produce mucha emoción?
R.-
Sí, evidentemente estoy contento con la publicación y por concretar un proceso de muchos años, a pesar que he realizado publicaciones en el mundo académico, pero emocionado en sí con el hecho que es el primer trabajo creativo. He reflexionado mucho tiempo en esta temática. Hablar de expresión poética es también hablar de experiencias, y verlo concretado en el libro, es muy importante.

P.- ¿Tuviste apoyo para la publicación?
R.-
Sí, a través de la librería Hipérbole, además voy a encabezar una serie de proyectos culturales relacionados con la librería.

P.- La pasada semana se conceció el Premio Cervantes 2007 a Juan Gelman. ¿Cuál es tu opinión? R.- Me parece excelente, es absolutamente merecedor, yo aposté por él, es un escritor al que vengo estudiando y siguiendo muchos años. Hasta podría considerarlo como un amigo personal porque estoy en su obra desde hace mucho tiempo.

P.- ¿Cuál es tu experiencia profesional?
R.-
Tengo varias publicaciones académicas. Realice un doctorado con la poesía norteamericana, con Robert Lowell, poeta de la segunda postguerra del siglo 20. Mi tesis doctoral fue el inicio de un libro que publiqué que se denominó ‘Robert Lowel, la mirada de Aquiles’, este libro ganó el premio ‘Javier Coy’ de Estudios Americanos. Soy profesor de Literatura Latinoamericana en la UNED. He sido el encargado en varios trabajaos para la editorial Cátedra.

P.- ¿Tus orígenes?
R.-
Mi padre es ibicenco y mi madre inglesa.

P.- ¿Qué opinión tienes de la poesía ibicenca?
R.-
Se encuentra en alza, es un proceso interesante, hay gente que comienza a despuntar. Vicente Valero es un claro ejemplo. Existe multiplicidad y heterogeneidad cultural que empieza a cristalizarse en una serie de manifestaciones artísiticas, entre ellas la poesía. Debemos trabajar, aunar esfuerzos para dar salida y despliegue a esas manifestaciones culturales. La gran variedad de lenguas es una ventaja, no unicamente lo que sería escritura en un idioma, sino en aprovechar toda esa realidad que conforma la heterogeneidad de la isla, que creo que es lo más importante.

P.- ¿Tu poeta de cabecera?
R.-
Todos los poetas tenemos uno, eso es así pero en mi caso ha ido variando según el estado de ánimo, esto va de rachas, pero los que me conocen saben que Juan Gelman es uno de ellos, y esto lo digo como una agradable coincidencia.

P.- Tu imaginario inmediato es el europeo, luego tienes mucho de la literatura norteamericana y posteriormente consigues el acercamiento a la cultura aymara ¿Existe una confrontación interna del mundo occidental con la cosmovisión aymara?
R.-
En realidad, como llegó a decir Walth Witman; ‘Si me contradigo, bueno, pue me contradigo’, y no hay ningún problema. A mi me interesa, la estética, la belleza, el arte en todas sus manifestaciones y todo aquello que de una forma mágica se pueda dar camino. Esta experiencia con el mundio indígena la interpreto como misteriosa y apasionante.

1 comentario:

EL BUHO ANDINO dijo...

bien don efra
a ver si enlazas a todos los escritores ecuatas
en europa en un encuentro

estoy por allá en septiembre

un abrazos