21 poetas ecuatorianos en fin de siglo
Depósito Legal I-234-2007
128 páginas
Idioma: Castellano
Autores:
Ramiro Oviedo, Alfonso Chávez, Leopoldo Tobar, Alfredo Pérez, Eduardo Morán, Roy Sigüenza, Francisco Torres, Diego Velasco, Pablo Yépez, Fernando Balseca, Fernando Iturburu, Mario Campaña, Vicente Robalino, Galo Torres, Marcelo Arteaga, Margarita Lasso, Efrain Espinoza, Iván Flores, Rubén Molina, María Fernanda Espinosa, Paco Benavidez.
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La Asociación Zero´s Publisher de Eivissa, en convenio con Asi Ediciones de Ecuador y con el auspicio institucional del Consell de Eivissa publicó el libro 21 poetas ecuatorianos en fin de siglo, una selección de poesía de 21 poetas ecuatorianos nacidos en los sesenta y cuyos textos aparecieron en la década de los 80 y 90. Para el seleccionador de esta publicación, Fernando Andrade, éste constituye un primer esfuerzo editorial de estudio de la producción literaria ecuatoriana, y que logra publicarse fuera del país.
Por su parte la Asociación Zero´s Publisher de Eivissa a través de difundir esta obra poética sumar sus esfuerzos por ampliar horizontes de nuevos valores literarios.
El libro de 128 páginas publicado en 2010, además de la presentación del seleccionador, cuenta con una amplia presentación del poeta ibicenco y profesor de la UNED, el Dr Gabriel Torres Chalk. Este libro fue presentado oficialmente en el mes de marzo, en el marco del III Encuentro Internacional Eivissa Port Mediterrani del Llibre.
Por su parte la Asociación Zero´s Publisher de Eivissa a través de difundir esta obra poética sumar sus esfuerzos por ampliar horizontes de nuevos valores literarios.
El libro de 128 páginas publicado en 2010, además de la presentación del seleccionador, cuenta con una amplia presentación del poeta ibicenco y profesor de la UNED, el Dr Gabriel Torres Chalk. Este libro fue presentado oficialmente en el mes de marzo, en el marco del III Encuentro Internacional Eivissa Port Mediterrani del Llibre.
La poética de la biodiversidad equinoccial
Fernando Andrade
Barcelona, octubre 2007
Fernando Andrade
Barcelona, octubre 2007
Si la realidad es todo lo que se puede imaginar, entonces puedo verificar la realidad en los sueños, en el 'arte de ensoñar' o por qué no: en el 'arte de poetizar la realidad'. De esa otra realidad, ordenada en finas capas como una cebolla, tal como nos advertía el mítico Carlos Castañeda. Y es aquella realidad que el poeta; -ese brujo imaginante nos habla y escribe- de aquella realidad no vista con los ojos, -o con la mente-, sí, con la intuición, con el corazón.
Desde los ochenta nuevos poetas se abren paso en Ecuador. Apuestan por una literatura 'postmoderna', en el mejor sentido de aquel desgastado término; postmoderna porque querían, -sin proponérselo-, aportar al desmoronamiento de la mercantil, belicosa y gris lógica de la aparente e inmediata realidad tan pregonada por el ‘corillo occidental'. Pero también ayudar a derrocar su razón judeocristiana, su orden y progreso sin límites, su democracia representativa de baratillo y su realidad globalizada. Fieles a aquella literatura de identidades que parecería regresar, quisiera develar la realidad ecuatoriana como compleja, cíclica, pero también "telúrica urbana" y ancestral.
Es una poética de la realidad diversa, que se entremezcla en sucesivas capas o realidades locales. Situarse en el fin de siglo en Ecuador significa desmenuzar la poética de la diversidad o mejor de la biodiversidad equinoccial, en la humana y natural paradoja de un mundo desarraigado y global.
En el Ecuador de fin de siglo XX ya se vivía la época de la paradoja, la época de las 'ciudadanías' y de los movimientos sociales, de la insurgencia del movimiento indígena en especial; pero por otra parte, ciertas sectas políticas, religiosas y literarias, todavía pujaban por sobrevivir en su cenáculo; época en donde los habitantes del 'País de la Mitad', se organizaba por embarcarse allende los mares en una balsa de pescar o en un avión, y se desplegaban sin brújula, al vaivén de la corriente marina, hasta llegar a construir un Ecuador de Ultramar.
Las manos de la esperanza
Gabriel Torres Chalk
Ibiza, Mayo 2008
Gabriel Torres Chalk
Ibiza, Mayo 2008
Las manos del terror, las manos del dolor, las manos de la ira, las manos de la ternura, las manos del miedo, las manos del silencio, las manos del grito, las manos de la meditación, las manos de la protesta, las manos de la esperanza. En 1947 el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín (nacido en Quito, el 6 de julio de 1919) comenzó la elaboración de los 103 cuadros que componen la serie Huacayñán, término quechua que viene a significar camino del llanto. La sangre vertida y la injusticia en Latinoamérica inspiran esta colección de lienzos que el artista concluyó en 1951. "Mi pintura es para herir, para arañar y golpear en el corazón de la gente, para mostrar lo que el hombre hace contra el hombre", son palabras del propio pintor acerca de su obra. Una afirmación corpórea del arte que resurge e incluso resucita sobre las ruinas, los escombros, la destrucción y el terror. La supervivencia de la creación: "Pocos pintores de nuestra América como este ecuatoriano intransferible: tiene el toque de la fuerza; es un anfitrión de raíces; da cita a la tempestad, a la violencia, a la inexactitud. Y todo ello, a la vista y paciencia de nuestros ojos, se transforma en luz", son las palabras con que Pablo Neruda describió su admiración por su amigo pintor.
Los trazos que dibujan la relación entre el arte de la pintura y el arte de la poesía son bien conocidos y cuenta con una larga tradición. Pero es tal vez en la poesía ecuatoriana donde la poesía adquiere la plasticidad que caracteriza a la retórica de la pintura en su gran abanico de temas que desarrolla, sobre los que reflexiona y profundiza. Podríamos apropiarnos nuevamente de las palabras de Pablo Neruda para describir las tendencias generales de las voces poéticas de una antología que busca referentes generacionales: "Oswaldo Guayasamín, ecuatoriano universal cuya obra trasciende todas las fronteras mostrando al mundo el drama de la vida, plasmando en el lienzo y las formas la angustia de los personajes de una América nuestra que lucha por crecer y sobrevivir."
El recorrido cronológico de la presente antología abarca a poetas nacidos entre los años 1950 y 1964, bajo el título de 21 poetas ecuatorianos de fin de siglo. Un título que parece querer cerrar una etapa y a la vez abrir otra. Como el inmenso estallido del volcán Pichincha en Quito el 7 de octubre de 1999 – en los albores de fin de siglo – esta generación de poetas – desde su propia individualidad – muestra su presencia y surge renovado para expresar su descubrimiento. La poesía es revelación. También memoria.
René Sánchez "KISHOR"
El colorido, la luz que plasma en sus lienzos KISHOR sin duda nos recuerda sus herencias ancestrales así como la mirada en el presente y el futuro que pretende ofrecer, la figuración se acomoda a su pintura dando de esa forma libertad a sus ideas y así libera la teoría estética sin prescindir jamás de la belleza.
KISHOR muestra un total automatismo dentro de su estrategia. Todo, hasta lograr una iconografía formal que identifica y que define al artista. Un código particular, un jeroglífico propio, una caligrafía propia para identificar su obra: una composición coral de cuadros que van componiendo una sinfonía total en su pintura, donde las veladuras son una fiesta sensual para los ojos del espectador donde su mirada viaja y se recrea en el espacio del cuadro.
Nada en aquella obra está preparado para la auto complacencia, sino en todo caso para la auto afirmación y la distancia de sí. En este sentido, se comprende mejor que la pintura de KISHOR en aquellos comienzos estaría muy influenciada por el expresionismo alemán.
Pero es que el artista que crea pendiente del gusto del público no hace más que reducir su creatividad, substituyendo su sensibilidad por la de aquellos a quienes anhela agradar; por tanto, un artista que crea pensando en los gustos del espectador–comprador, es un artista que nos miente, un obrero de la seducción y la complacencia ajena.
Naturalmente Sánchez KISHOR jamás ha renunciado al espectador. En absoluto. Ha sucedido, que su trayectoria ha estado marcada por la paciencia y el rigor, consciente de que tarde o temprano tendría su público al que no me cabe duda que cautivará
1 comentario:
Hola señor Efrain, mi nombre es Antonio Vidas y soy manabita, radicado muchos años en Mallorca.La necesidad de esta carta me urge como cualquier escritor que se mueve en el silencio de su casa, a llegar a usted, y tambièn de por medio de K-oz, el de conectar con hermanos que tambièn escriben como usted,a pedir comunicaciòn o guia para mi empeño de escritura; a solidificar hermamdad de ideas,el de abrirse campo entre letras.Estoy solo en este camino;no tengo ninguna conecciòn con alguìen que escriba en la isla, a no ser de uno por hay como Goerge Perdomo, tambièn escritor.No tengo oficios terrestres, soy tambièn de las soledades que emigraron,simplemente escribo poesìa.Mi correo es antoniovidas@hotmail.com,si es que desea responder mi requerimiento, de la forma mas urgente y humana posible.Gracias y saluodos desde Palma de Mallorca
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