Termino de leer este libro que llegó a mis manos (un poco por casualidad) frente al mar de Formentera. Con un sabor dulce y melancólico. Melancólico como este mar que otean mis ojos, pero sin sal. Un libro que describe ciudades del otro lado del oceáno, que laten a un ritmo vertiginoso entre el amor, la pasión y la locura. Un libro que describe personas que aman, que lloran y rien, que fluyen y mueren. Poesía urbana, poesía de nuestro tiempo. Nunca he estado en Ecuador, y sin embargo puedo reconocer sus calles, sus olores y su idiosincrasia a traves de estas magicas palabras, y su cultura, y su sexo. Casi dando la vuelta al mundo, este mismo oceano que ven mis ojos puede transportarme hasta alli, o simplemente este libro que bendijo mi alma, y me hizo llorar, y me hizo feliz, tan azul y tan auténtico como el mismo mar.
Mariela A. Schönfeld
Argentina
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