Jorge Benavides Solis (1)
Señores y señoras, no estoy aquí como poeta, mucho menos como crítico. Estoy como un simple amigo de algunos poetas presentes y ausentes en el libro y desde luego, como amante de la poesía, también de la que se escribe en Ecuador, país en el que está mi verdadera patria -San Gabriel-, un pequeño y hermoso pueblo siempre verde, cerca de la frontera con Colombia, sede de mis recuerdos infantiles.
Un alto porcentaje de los libros de la historia oficial del Ecuador, han sido escritos por sacerdotes o por personas con ideología próxima al poder. Con la poesía, no ha sido igual. Por ello, pienso que la mejor forma de aproximarse a la realidad americana es a través de la literatura y dentro de ésta, pienso que la poesía es el mejor recurso de variada síntesis para hacerlo con emoción, razón y sentimiento, no exento de ideología expresa, implícita o universal, esta última, propia de los clásicos.
Solamente algunos poetas del Ecuador han conseguido publicar en España. No están todos ni los mejores debido al tema escogido; aun así, este libro es una ventana pequeñita para apreciar una muestra de lo que se escribe en Ecuador, según el poeta Adoum:
"(Es) un país irreal limitado por sí mismo, /partido por una línea imaginaria”
A estos versos me refiero cuando les contesto en confianza a mis amigos a su pregunta ¿De dónde eres?; les respondo: de Ecuador, país inexistente atravesado por una línea imaginaria. País con un nombre surrealista, sin historia porque hace honor a una línea virtual. ¿Qué político habrá tenido tal ocurrencia?.
Leopoldo Benítez Vinueza (1905-1995) destacado diplomático, nos sintetiza así el recuerdo del país en los años sesenta del siglo pasado:
“Bajo el cielo de humo de Manhattan /En donde Wall Street ha decapitado a los ángeles, / Conjugo verbos de azúcar / al evocar mi ecuatorial país de selva / Veo desprenderse la burbuja de oxígeno /del borde líquido del Ecuador terrestre / al que están amarrados mis litorales de clorofila / y mis Andes que anotan en archivos de hielo la partida de defunción de las nubes.
Respiro este aire tóxico de motores / y me viene el recuerdo de aires blandos y claros, / el aire navegado de pájaros que vi pasar al borde del durazno y la caña.
En este atardecer de sirenas y de asfalto / evoco mis verdes crepúsculos de loros / que deletrean abecedarios de guayaba. / El semáforo de las luciérnagas / izado sobre el mástil de azúcar de las cañas.
El sueño de parpados azules / que cae sobre el silencio verde de los naranjos / ¡Oh mi Ecuador distante! / Mis páramos de anchos vientos ilimitados, / que andan sobre la arena con sandalias de nieve / Mis volcanes que editan decálogos de lava.
Mis torrenteras crinadas de helechos./ Los ríos que conocen el ovalado secreto del níspero / Mis plazas en que tiende su desnudez la espuma.”
Gonzalo Escudero (1903-1971), coetáneo, poeta y también embajador nos da su versión del paisaje habitado:
“Ecuador / La línea ecuatorial es un columpio / de cáñamo de estrellas, / para que los volcanes se cuelguen sobre el mundo / y a la tierra le nazcan / hongos de cobre de los indios / contra la caballería ligera de los jinetes de naipe / en jacas con jaeces de aurora.
Hombres de metal blanco / con el hocico de los arcabuces / fumaron el tabaco de los senos tostados / y no supieron que las mozas indias / se desnudaron en los ojos fotógrafos / de los caballos sitibundos, / Mazorcas de maíz bermellón / Encarceladas en burbujas de tinta”
A: Miguel Ángel Zambrano, -1898-1969-, abogado socialista, además del paisaje siente que:
“La patria está inconexa, desgastada. / Segmentados los mapas y la sangre.
Hay que horadar a tiros la tiniebla / Y hacer saltar a gritos las murallas.
Es necesario matar el miedo / Matar la muerte que vive en nuestros pechos”
El paisaje habitado es una condición primera para que Jorge Enrique Adoum -1926-2009-, proponga su poema:
“Patria, golpeada patria, establecida / desde el océano a las cosas: yo amé / tu forma muerta, la estatua errante / de tu polvareda, el cuenco de tu mano / terriblemente joven que nos toca.
La patria es una fiesta larga que interrumpe / el azar, la diaria cacería, la ceniza: de pronto, / cómo no amar tus muertos y su vestido verde, / si como un goterón de sueño persistente cae / el silbo del andamio y tras él el albañil a su velorio; cómo no huir de un día tuyo lleno / de duraznos y de navíos, y no sufrir de ti por todos / lados, y no salir a encontrar la aurora, / lo que te debe el tiempo desde la edad / del buey que hunde sus pezuñas en la Biblia”
Euler Granda (1935- ), poeta, médico y querido amigo, un año después del mayo del 68, con fina ironía nos daba su síntesis poética del país real:
“Aquí Ecuador / Lastimadura de la tierra / Hueso pelado / Por el viento y los perros
Aquí / Sangre chupándose en la arena / Piedras cayéndonos
Aquí / Montañas con los vientres saqueados / Mar / Con los peces ajenos
Aquí / Hambre, / Indios pateados como bestias, / Páramos bravos / Piel a la intemperie
Aquí, / Ni nuestro propio suelo / es nuestro; / Nada nos pertenece / Nuestra agua propia / nos venden en botellas / El pan cuesta un ojo de la cara / Y hasta para morirse / Hay que pagar impuestos….
Aquí, / Pronto un fusil / Para bajar los cuervos / Y, así el poeta, habla del turismo como fuente de riqueza
Conozca Ecuador / señor turista / El país de la siempre primavera / El país de los andes / con espejos
El collar / De la línea equinoccial / a pie enjuto, / en velero, / a turbohélice /o sobre ruedas
Venga señor turista, / diviértase sin freno / No es pura propaganda
Aunque a la mayoría / nos falta la vivienda, / damos facilidades,
Lea si no el periódico: / Arriendo casa a extranjeros, / Arriendo confortable chalet / a norteamericanos o europeos / En la vitrina rota / de la patria… / hay oligarcas / gordos y cristianos
Hay mucho sol / sino que a veces, / todo se trueca negro / porque toca vivir /bajo las gradas …”
Efrain Espinoza aquí presente, uno de los 47 poetas que constan en 126 páginas, sabe el cómo y el porqué de este libro “Ecuatorial. 47 poetas cantan a su patria”, con selección y prólogo de Diego Velasco, publicado en las Baleares. Su tema, por lo visto, es imprescindible para un hispanoamericano. A mí, me resulta incómodo. Bajo el imperio globalizado por los bancos, ahora: ¿Qué es la patria (2)?. ¿Qué posibilidades tiene de existir cuando las soberanías y la tradicional familia se están diluyendo?. ¿La patria es una marca como dice el ministro de Asuntos Exteriores de España?. ¿Qué significado residual le dejan ahora, los mercados y las Corporaciones a la patria?. ¿Los hispanoamericanos que están en el ejército estadounidense o español luchando contra los afganos lo hacen, como antaño, por su patria?. ¿Qué sentido de la patria republicana y laica que definió la revolución francesa, tienen los franceses musulmanes de origen africano, magrebí o asiático que en menos de 40 años serán la mayoría en Francia (3)? Otra cosa es la patria de la poesía: universal, justa, bella, responsable en siendo libre, transgresora, desacralizadora, abierta. En ésta, las identidades excluyentes son imposibles. La patria de la poesía y del arte es la patria de las diferencias integradoras que nunca ha reconocido ni fronteras temporales ni espaciales. La patria que el Nobel griego Elitis siente en El Genesis (4), el chileno Neruda en Alturas de Macchu Picchu e incluso, guardando las proporciones, intuye el español Juan Vicente Higueras cuando describe el entorno de la patria global que el capitalismo nos está proporcionando ahora:
Limosna (5)
Atenas ya no existe. En su lugar / hoy hay otra ciudad que lleva el mismo nombre, / pero ya no es la misma / Una ciudad que ya no huele a azahar / sino a ceniza, llena / de ancianos vencidos que piden limosna de niños que tocan un viejo acordeón / con una mano y con la otra piden limosna con un vaso de plástico / y parece que fueran a beberse / lo que les den, de dioses / enfermos, tullidos, que piden limosna, / De estatuas cansadas que piden limosna / De gente que pide la pena que da.
Una ciudad fundada por los dioses, / Castigada sin cielo por el únicos dios / Que este siglo venera.
Atenas ya no existe. En su lugar: / Una ciudad donde la luz da lástima.
Gracias, amigos
1. Jorge Benavides Solís. benavide@us.es Sevilla, 17 de febrero 2014. En La Carboneria
2. La patria (del latín patrĭa, familia o clan > patris, tierra paterna > pater, padre) suele designar la tierra natal o adoptiva a la que un individuo se siente ligado por vínculos de diversa índole, como afectivos, culturales o históricos o lugar donde se nace. Se denomina patriotismo, al pensamiento o sentimiento que vincula a un individuo con su patria.
3. http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=25420 Francia sera una republica islamica en 39 anos.
4. Odiseas Elitis: Difnum est. Premio Nóbel 1979. Barcelona, 1980 : 19
5. Juan Vicente Higueras: Atenas. XXV Premio Fundación Loewe. Madrid, 2013: 59
PRESENTACION LIBRO ECUATORIAL.
Efrain Espinoza Falconi. Sevilla 17 de febrero 2014
Esta publicación es un esfuerzo por trazar un hilo sobre la formación de la identidad ecuatorial. Su compilador, Diego Velasco Andrade se ha propuesto dejar visible a través de los versos y sus autores que han tenido como intencionalidad creativa el descubrir una identidad, y es este sesgo: el de la identidad, el del nacimiento de un país, el de la generación de una existencia colectiva encapsulada en un territorio y en un período histórico, la que le han servido de guía para escoger a unos versos en vez de otros, a unos autores en vez de otros, por lo que se hace necesario adelantar que no se trata de una muestra de la poesía ecuatoriana, no es una antología, pero tampoco es un escogimiento desordenado de poesías y autores. Ecuatorial, intenta mostrar la incesante búsqueda de un “país inexistente” atravesado por una línea imaginaria, la que sí se aparece como existente.
“Más de 27 nacionalidades y pueblos ecuatoriales que tejen y se dibujan en un tapiz multicolor: arco iris de selva, fuego volcánico, arcilla y agua. Quizá más que una línea atravesando a GAIA o Allpa Mama, la madre Tierra, somos el rincón del planeta que aún el apetito voraz del pirata no ha podido y nunca podrá devorar”, dice su compilador en el prólogo del libro, y efectivamente en esta parte deja patente aquella búsqueda que ha provocado la publicación de este libro, que esta noche tenemos el agrado de presentar.
El mito del origen y la trascendencia de la existencia, el costumbrismo de épocas históricas, la exuberancia de una naturaleza que cobra vida propia y exige convertirse en portadora de derechos y menos ultrajes, la nostalgia de los que no están, la dimensión humana de sus hombres y mujeres, la condición existencial de lo andino como portador terrenal de un gran imaginario que plantándose en su centro busca su transcendencia en lo universal, muy a pesar de su condicionamiento de anonimato histórico, pero un anonimato tan fuerte como son los vientos y las tempestades de los Andes, son entre otros los lugares recurrentes de los versos aquí presentados.
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